Tuve la fortuna de conocer a Salvador Vidal, nuestro querido “Salva”, en el año 88 durante la celebración del Torneo Conde de Godó, del que soy seguidor y amante desde hace 37 años
Lo conocí a través de un amigo común cuando ya descansaba de muchas de sus misiones en nuestro tenis, fue Director del propio torneo Godó y Presidente de la RFET. Todo ello, cuando todavía ni se me había pasado por la cabeza, que yo podría ser Presidente de la Federación Madrileña de Tenis y posteriormente de la mismísima Real Federacion Española de Tenis.
Desde entonces ya nunca dejé de interesarme por las cosas de nuestro tenis y desde luego por la figura y la obra de ésta gran persona de nuestro tenis, amigo, excepcional ser humano rebosante de generosidad, solidaridad, respeto, honestidad y bondad sin límites.
Recuerdo tantas conversaciones con él, casi siempre en su querido Club, el más carismático de nuestros Clubes de Tenis, el RCTB. En ese ya emblemático rincón a la derecha de la entrada al salón, pegado a las cristaleras desde las que se observa la también “carismática” pista tres de ese hermoso Club en el que se celebra el más histórico de nuestros torneos de tenis, el Conde de Godó. En aquel rincón del viejo salón, con sabor a tenis, a punto de encuentro y a debate del bueno, donde tantas y tantas horas de tenis se han departido entre tantos y tan diversos personajes de este pequeño mundo y donde todos, al menos la mayoría de los “clásicos” del tenis, inexorablemente buscábamos la figura y la persona de un “auténtico” sabio en humanidades y de un extraordinario amante del tenis y “atípico” dirigente.
Tan atípico al poder, que siempre será ejemplo al que recomiendo mirar, practicar y seguir. Simplemente con ello seremos mejores y será nuestro mejor homenaje y nuestra forma más contundente de evitar el “olvido”.
Pronto tuve la fortuna de ir confirmando que, ese hombre era mucho más grande e importante de lo que yo había incluso pronosticado e intuido. Lo que guardaba y a veces escondía, representa la mejor de las definiciones de éste extraordinario personaje.
Hoy, no tengo la menor duda de que, si me tuviera a mano, me obsequiaría con una reprimenda importante, por publicar algunas de estas cosas que tanto me llenaron, aún sin ir al detalle, de a quienes y a cuantos y de qué manera ayudó, siempre desde el anonimato.
El sábado, estando en la Asamblea de la Asociación de Clubes Españoles de Tenis que, se celebró en Valencia, aprovechando su torneo, uno de los que vienen a cerrar la temporada, me llegó la noticia de que nos había dejado para siempre nuestro querido Salvador. Se ha despedido como quería, sin ruido, desde el anonimato. Ha emprendido ese fugaz y eléctrico vuelo hasta el distante Cielo.
Este señor y caballero del deporte, éste catalán de bien, se ha ido pero nos ha dejado su “legado”, autentica referencia y ejemplo, para los que pretendemos aportar “algo” a una sociedad más limpia, más honesta, más generosa, más solidaría. Se ha ido, pero dejándonos un auténtico ejemplo de los que, el resto españoles, admiramos, valoramos, aprendemos y nos sentimos orgullosos con haberle conocido y mucho más si hemos tenido el privilegio de tratarle y de escucharle.
Para no desvelar secretos que, ni le gustaban y que le podrían enfadar, quiero simplemente citar algunas pequeñas anécdotas que bien le pueden definir. Por ejemplo, que su coche fuera el transporte oficial de los niños de la escuela del RCTB, a los que además siempre premiaba con sabios consejos, no solo para que jugaran mejor al tenis, sino para que les sirviera para ser mejores ciudadanos.
Otra “curiosidad” que también describe perfectamente a nuestro amigo Salvador, se produjo en el Campeonato de España del año 1985, primero de los ganados por Arantxa Sánchez Vicario, siendo Presidente de la mismísima RFET. Llegó a la puerta para pasar a ver la final y los porteros no le conocieron y no le dejaron pasar sin entrada. En lugar de discutir, de sentirse mal o de dar explicaciones, se acercó a la taquilla, pagó su entrada y regresó ocupando su localidad sin darle mayor importancia ¡como si nada¡. Los porteros al enterarse que se trataba del Presidente de la Real Federación Española de Tenis, se acercaron preocupados al lugar donde estaba don Salvador para pedirle disculpas. El bueno de don Salvador, les dijo, ¡no se preocupen Vds. lo ha hecho muy bien, no tenían porque conocerme y por tanto han cumplido con su obligación, ahora les felicito y vayan tranquilos a su trabajo.
Serian infinitas las anécdotas y curiosidades protagonizadas por semejante pedazo de SER HUMANO, por lo que se necesitaría un libro muy extenso para reflejar algunas de las más relevantes. Pero sí quiero recordar otra que se produjo en Winston Salem (EEUU) durante una eliminatoria de Copa Davis, siendo yo Presidente. Uno de los choferes del transporte oficial del Torneo, le dijo a Salvador ¡qué bonita corbata lleva Vd.¡. Salvador, le dio las gracias por el halago y cuando finalizó el recorrido bajándose del coche, con delicadeza y sin darle la menor importancia, se quitó la corbata y se la regaló al chofer que como se pueden imaginar quedó absolutamente prendado y sorprendido, sin saber cómo corresponder. Al día siguiente hubo una cena “oficial” muy típico en las eliminatorias frente a EEUU, en esta ocasión en la mansión de Philips Morris. Nuestro querido Salvador que ya se desplazaba en Silla de Ruedas, pidió a la persona que le llevaba que, esperara a que pasaran todos para no molestar o entorpecer con la silla la entrada de los demás. El anfitrión que estaba recibiendo a los invitados, acudió inmediatamente a recibir a Salvador. Resultó ser que dicho anfitrión no era otro que el chofer del día anterior. Es muy habitual en EEUU ver a cualquier súper rico, haciendo de voluntario en un torneo.
Yo mismo fui destinatario de alguno de estos hermosos y generosos actos de nuestro querido Salvador Vidal. Paseando por Albacete, en un Campeonato de España, después de haber terminado los partidos del día, observó cómo me paré en un escaparate a mirar una bonita bufanda. Seguimos caminando y como sin querer, me preguntó al poco tiempo: – ¿Pedro, te ha gustado esa bufanda que estabas viendo en el escaparate? – Si, ciertamente era bonita, le conteste. Al día siguiente dejó en el hotel a mi nombre, un paquetito con una bonita nota y la bufanda.
Ese era, nuestro querido Salvador Vidal, un hombre de bien, un personaje ejemplar, un amante del deporte, un dirigente entregado a la causa y al servicio a los demás. Alguna vez pagó de su “bolsillo” las nominas de la Real Federacion Española de Tenis, cuando además no cobró sueldo ni dietas.
En el ejercicio de mis responsabilidades, tuve la oportunidad de nombrarle por UNANIMIDAD, PRESIDENTE DE HONOR DE LA REAL FEDERACION ESPAÑOLA DE TENIS y posteriormente, ejerciendo como Presidente de la FUNDACION REAL FEDERACION ESPAÑOLA DE TENIS, también tuve el privilegio, con la aprobación unánime del Patronato, de nombrarle PRESIDENTE DE HONOR DE NUESTRA FUNDACION, junto a Pau Llorens y junto a Virginia Ruano.
Todos hemos perdido con su fallecimiento y con su ausencia física. Mi más sentido pésame a todo el Tenis Español, al Real Club de Tenis Barcelona, a sus familiares y amigos y sin lugar a dudas a quien siempre lo quiso, lo cuidó y lo atendió como un auténtico hijo, me refiero al amigo Paco Lopez, hermoso ejemplo de un buen alumno de Salvador.
Querido “Salva”, gracias por todo cuanto nos has dado, ya no te tendré físicamente en aquel rincón del tertuliano, de aquel hermoso salón. Pero allí buscaré siempre tu recuerdo, reactivaré las tertulias y tomaré tu legado, como parte de nuestras señas de identidad, TU AUSENCIA SIEMPRE ESTARÁ PRESENTE Y NUNCA ALIMENTADA POR EL OLVIDO. SERAS UN GRAN EMBAJADOR DE TODOS, ALLI ARRIBA, COMO AQUÍ LO FUISTE DE TU CATALUÑA QUERIDA y sin ningún peso añadido, también de ESPAÑA.
D.E.P. querido SALVA.
Pedro Angel Muñoz Asenjo