Adrián Menéndez Maceiras, finalista en 2014, dio la gran sorpresa del torneo hasta el momento tras batir a Lukas Rosol, segundo preclasificado del cuadro final por un marcador de 6-3, 6-7(3) y 6-4 en dos horas y 17 minutos de partido.
Adrián Menéndez comenzó enchufadísimo el partido. En el primer set, el dominio del tenista marbellí fue claro, con una hoja de servicios al saque impoluta: 60% de primeros dentro, 85% de puntos ganados con primero y tan solo cinco puntos perdidos en su turno de servicio. Un solo break le bastó para llevarse el primer set por 6-3 ante un Lukas Rosol tremendamente desacertado.
En el segundo set el jugador español empezó a sufrir en pista aquejado de dolores en uno de sus tobillos pero los desatinos de Rosol en el resto le permitieron llegar al tie-break del segundo parcial con vida. Allí y con la movilidad justa, poco pudo hacer ante el empuje del tenista de Brno que se llevó por 7-3 la manga llevando el encuentro al acto definitivo.
El tercer parcial estuvo lleno de nervios y emoción. Rosol discutiendo con el juez de silla y con el propio Menéndez sobre bolas dudosas, y por otro lado agujereando a aces al marbellí, que tuvo que salvar tres bolas de break -las primeras en su contra en todo el partido- con más corazón que cabeza. En el noveno juego, Menéndez, en mejores condiciones físicas, rompió a Rosol por tercera vez en el partido y se llevó el triunfo en su segundo match point.
“Estoy muy contento, tanto por el nivel, que he podido volver a competir a mi nivel, sobre todo por el reto logrado. Sacrificio, saber en las condiciones que estoy, saber aguantar y sacar adelante un partido muy sufrido. Ha habido sufrimiento en la pista y he disfrutado con ello. Hacía mucho tiempo que no me pasaba”, analizó el marbellí, que cruzará raqueta en cuartos de final con el ganador del duelo entre el húngaro Marton Fucsovics, octavo preclasificado, y el bosnio Aldin Setkic.