El Open Castilla y León-Villa de El Espinar se ha quedado huérfano y el tenis español ha perdido un amigo. Pedro Muñoz Asenjo, creador del torneo y presidente de honor, expresidente de las Federaciones Española de Tenis y de la Federación de Tenis de Madrid, presidente de la Asociación Española de Clubes de Tenis y de la Asociación Iberoamericana de Tenis, ha fallecido a los 72 años de edad.
Pedro fue un hombre apasionado y todo aquello que emprendió se benefició de los frutos de esa devoción con la que abordaba todo. El tenis empezó a conocerle cuando en 1986 el pequeño torneo de un grupo de enamorados de la raqueta en la Estación de El Espinar se convirtió en el Torneo Nacional Lord Winston’s -como no podía ser de otro modo- Pedro puso al servicio del torneo la otra actividad a la que dedicaba sus desvelos. Por entonces todo el mundo se casaba en Lord Winston’s -primer grupo hostelero de España en cuanto a eventos y banquetes-, y Pedro también quería que todo el tenis pasara por el torneo que había puesto en marcha.
Y lo consiguió plenamente. Aquel torneo se convirtió en lo que hoy conocemos como ‘El Milagro de El Espinar’. En sus años como torneo nacional pasaron por las pistas espinariegas varios de los mejores jugadores del mundo y todos los de España. Y cuando en 1991 se convirtió en Challenger ATP fue creciendo y creciendo hasta ser reconocido como Mejor Challenger del Mundo. Casi todos los líderes de las últimas décadas pasaron por El Espinar en los primeros pasos de su carrera, junto a no pocos consagrados. Si un torneo se mide por los jugadores que han pasado por sus cuadros, El Espinar puede presentar a Rafael Nadal, Roger Federer, Feliciano López, Henri Leconte, Sergi Bruguera, Juan Martín del Potro, Emilio Sánchez Vicario, Andy Murray, Fernando Verdasco, Yevgeny Kafelnikov… Pedro siempre estuvo junto a su torneo. Junto, detrás y delante, empujando y tirando del carro cuando hacía falta, que para él era siempre. Cuando la crisis económica hizo mella en el torneo junto a la actual directora, Virginia Ruano, se las arregló para no solo salvarlo, sino también hacerlo crecer. Hoy, El Espinar, con cuadros masculino y femenino, sigue consolidado como uno de los eventos de referencia del tenis español.
Pero a la volcánica personalidad de Pedro, a su enorme capacidad de ilusionar e ilusionarse, no le bastaba con eso. En 2001 alcanzó la presidencia de la Federación de Tenis de Madrid. Allí volcó su sensibilidad con los más desfavorecidos, multiplicó los torneos y el apoyo a los mismos y su frase “¿Conocen ustedes a algún número uno o campeón del mundo que no haya sido niño?” se convirtió en máxima.
En 2005 ganó las elecciones a la presidencia de la Federación Española de Tenis. Durante su mandato se reconoció a los equipos de Copa Davis y Copa Federación como selecciones españolas, se crearon efectivos sistemas de solidaridad interterritorial y, en fin, la semifinal de Copa Davis de 2008 entre España y Estados Unidos en la Plaza de Las Ventas de Madrid ha quedado como modelo de evento. Ese mismo año se conquistó en Mar del Plata el título, por primera vez con el equipo español como visitante y por primera vez en pista dura. En ese cambio de mentalidad del tenis español, terrícola cuando Pedro tuvo la bendita locura, como él decía, de organizar un torneo en pista rápida y en altura, tuvieron sin duda algo que ver Pedro Muñoz Asenjo y el Milagro de El Espinar.
Con dolor, y con un agradecimiento para el que no hay palabras, decimos hasta siempre a Pedro Muñoz Asenjo, a nuestro Peter. Abrazamos con el corazón a toda su familia y prometemos cuidar de tu obra. No como tú, que eso es imposible, pero sí como herederos de tu ejemplo. Gracias, Pedro.