En las pistas de Madrona, Mónica Aguado representa a los voluntarios del Open Castilla y León Villa de El Espinar. Aguado es jugadora del Club de Tenis de Chamartín, allí conoció a Virginia Ruano y le pidió colaborar en el torneo que dirige. Lleva tres años estudiando Comercio Internacional en Estados Unidos gracias a una beca deportiva. El próximo curso volverá allí, pero este verano ha preferido pasarlo aquí y ser voluntaria en el torneo espinariego.
• ¿Por qué elegiste el torneo de El Espinar??
“Porque era el primer ITF de Virginia Ruano. He estado en la organización de siete torneos femeninos y quería aportar mi experiencia a El Espinar. Me encanta organizar, me siento bien ayudando y me encanta el tenis. No me importa si me pagan o no, yo quería pasar estos días aquí. Para mí era muy importante estar aquí este año.”
• ¿Qué significa para ti el torneo?
“Vine cuando ganó Rafa Nadal, en 2003. Entonces vine con mi padre, yo era muy pequeña y me encantó el ambiente que se vivía aquí, como era todo. Desde entonces siempre he querido volver, pero siempre me ha coincidido con torneos que estaba disputando como jugadora y no he podido. Tenía muchísimas ganas de estar aquí”.
• ¿Cuál es tu función en las pistas de Madrona?
“Yo llego a las 9 de la mañana, abro las pistas, los vestuarios y empieza el trabajo de oficina. Allí ayudo en todo lo que puedo al supervisor de la ATP, podemos decir que soy el intermediario entre las jugadoras y él. Ayudo en lo que sea, desde poner la red hasta mandar las raquetas a encordar. Intento resolver todo lo que me piden siempre con una sonrisa y buena cara.”