Juan Carlos Díaz es la voz de TVE en la retransmisión de los partidos del Open Castilla y León. Comenzó en el torneo espinariego hace ya 15 años y desde entonces no ha faltado ni una sola vez. Con la visión de un experto dedicado al deporte durante 28 años, Díaz habla con la Oficina de Prensa.
- El Espinar es una reserva de la Biosfera, ¿Cómo se trabaja en un torneo como este en un entorno privilegiado desde su altillo de TVE?
Se disfruta sobre todo porque tienes la oportunidad de hacerlo en vivo ahora que la mayoría de las retransmisiones son en cabina o en los estudios. Aquí sientes el golpe de la pelota de cerca, el ambiente y además con unas vistas maravillosas. Yo tengo de frente la Sierra de Guadarrama y tengo el sonido de tren que pasa al lado y eso es algo que muy pocos torneos te dejan disfrutar, muy especial.
- Después de quince años aquí, ¿qué siente por El Espinar?
Es un cariño especial porque es una cita anual desde hace 15 años, que guardo todos los veranos. Llego siempre con mucha ilusión y mucho cariño hacia la gente que trabaja aquí y que hace que este sea un torneo especial y una de las citas más importantes del año para mí.
- Además este año han tenido a un comentarista espontáneo, Adrián Menéndez Maceiras se unió a su equipo para comentar las dos semifinales, la masculina y la femenina, y la final masculina. ¿Cómo se trabaja con un tenista profesional al lado?
Es una maravilla. Con Adrián hemos tenido muy buen feeling. Además él sabe mucho de tenis y sobre todo es una de las pocas veces que puedes tener a un jugador que acaba de estar en las pistas, con lo que puede tener una visión más cercana de lo que es el torneo. Es un lujo poder contar con él.
- ¿Cuál es el momento crítico de una retransmisión?
A veces el final del partido porque el tenis no sabes cuando acaba y cuando tienes impuesta una hora de finalización sientes un agobio que deseas que el partido acabe.
- ¿Y cuál es el momento que más disfruta de día?
Al llegar. Cuando llego y veo las pistas, el ambiente, vengo a la sala de prensa. Es el momento de expectación de lo que te queda del día.